Manuel "El Coloso de Jalisco" - Gregorio Pernia

Gregorio, nació en Cúcuta y llegó a Bogotá a los siete años, a su corta edad ya manifestaba su gusto por las cámaras y por la televisión, fue un niño inquieto hiperactivo y difícil de controlar.
La etapa de adolescencia la vivió al máximo, disfrutaba de las rumbas, los amigos, las mujeres, estudio en más de 23 colegios pero nunca se graduó y como él dice tuvo una época “hebby”.
A los 19 años empezó los talleres de actuación, en a la Escuela Nacional, en la Academia Charlot y en Estudio 21, durante siete años hizo teatro y recuerda que su primera vez en televisión fue como extra para una telenovela donde le pagaron 25 mil pesos.
Es un hombre que se sacrifica por sus metas y lucha por sus sueños. En 1997 estuvo más de 6 meses al frente de la portería número 2 del Canal RCN, pidiendo una oportunidad a la persona que iba entrando, sin saber si era asistente, productor, o director, simplemente buscaba presentar un casting, porque estaba seguro que con su talento podía llegar muy lejos.Con su actuación ganó varios premios; el Simón Bolívar, Shock, Tv y Novelas y el Gran Águila de Venezuela. Se alejó del medio por un tiempo, decidió viajar a México con su ex esposa Marcela Gardiasaval con quien vivió casi 6 años y fruto de su gran amor nació su hijo, a quien bautizaron frente al mar, Emiliano Pernía.
Regresó a Colombia a formar parte de la tele novela Isabel me la veló, donde interpretó a Pepe grillo, con este papel también recibió varios reconocimientos en Houston, de ser un joven enamoradizo pasó a ser un sacerdote en Milagros de amor, luego Primitivo un pescador caribeño en Las Noches de Luciana y actualmente es ‘El Coloso’ un cantante de rancheras, un hombre altivo, pretencioso, narciso y un caballero en la pelea.
Para la preparación de su personaje Gregorio siguió de cerca la vida de los mariachis, su primer acercamiento fue en la calle 57 con Caracas en Bogotá, los acompañaba a las serenatas, visitó casi todos los bares de la ciudad desde el más exclusivo y elegante hasta el más humilde, concluye que tienen una vida similar a la de los toreros, imponentes, egocentristas y presumidos, hombres que tienen su propio mundo de noche. La plaza de toros también sirvió como escenario para moldear su papel, por eso estuvo con el torero ‘Nico Méndez’ quien lo ayudó a manejar la expresión corporal.